Capítulo 2 - ¿Amor?

    El tiempo empezó en mayo, parecíamos aún novios, pero estaba indecisa, no sabía si cambiarías como lo habías prometido antes, cada promesa que me habías echo me llenaba de ilusiones, porque pensaba que eras diferente a todos; sentía tus palabras llenas de verdad y sinceridad que, sin darme cuenta, me aferraba más a la idea que me hiciste crear de ti. Me tratabas tan bien, incluso mejor que cuando éramos novios, me procurabas, me ponías atención en todo, me llenabas de detalles, besos, abrazos, mensajes llenos de amor, acciones que me hicieron sentir que me amabas.
Pasaban los días y todo era tan perfecto, tu promesa de cambiar la estabas "cumpliendo", pero, aun así, no era suficiente para mí; aunque cada día me demostrabas que me amabas, me dolía ver que no podías cambiar unas simples acciones, o bueno, tal vez solo lo eran para mí, aun así, no dejaba de amarte, al contrario, cada vez te amaba más y más a tal grado de perderme con tal de no perderte, pasaban las semanas y todo iba "mejor", nos veíamos seguido, las horas parecían minutos a tu lado, era tan feliz contigo que sin darme cuenta, te daba todo de mi sin importar nada ni nadie, me faltaba arrancarme el corazón para dártelo en tus manos, podías pedirme que saltara de un puente y lo hacía, ir hasta tu casa, verte aun cuando me avisabas el mismo día, te hacía detalles, cartas, te regalaba cosas que te gustaban, etc. Uno de mis recuerdos favoritos es cuando pasaste por mí a mi casa en el carro de tus papás, fuimos a dar la vuelta los dos, tu manejabas y yo ponía la música, después me enseñaste a manejar ese mismo día, estaba tan nerviosa y tú tan concentrado en enseñarme que hasta me gustaban tus regaños cuando se me apagaba el carro. Llegó junio y empecé con los ensayos para mis quince años, me acompañabas los sábados en mis ensayos, incluso me ayudaste en varias cargadas cuando el maestro lo pedía, eran de los mejores recuerdos que tenía contigo, pero ahora son solo recuerdos tristes; después llegó julio y estábamos más unidos, aunque eran muy recurrentes las pláticas donde no sabía que hacer, tú siempre fuiste firme con tu palabra de regresar porque según tú, aún tenías mucho amor por darme, incluso ese amigo con el cual un día te peleaste, nos "ayudó", nos aconsejó a ambos y pareció que solo lo empeoro, porque reveló cosas que no sabíamos del otro, lo hablamos tú y yo juntos sin él, llegamos a la conclusión que aunque nos amábamos mucho, aun no era tiempo de volver a intentarlo, pues nos faltaba mucho por sanar y mejorar a ambos.
Empezó agosto, se acercaba el regreso a clases en la escuela y aún seguíamos arreglando nuestro amor, recuerdo bien que el 30 de agosto salimos juntos por el día de tu cumpleaños que era días después, decidimos intentarlo otra vez, pero esperaríamos un poco más, porque querías pedirme de manera, bonita acepté con emoción porque tenía la ilusión ver cómo lo harías. Regresamos a clases y todo iba muy bien, estábamos en lo mejor de nuestro amor, así fue hasta que volví a dudar, pasaban los meses y no formalizábamos lo nuestro, te preguntaba por qué seguíamos así, tu respuesta era que esperabas el momento, aunque también bromeabas con que yo te tenía que pedir, me daba risa, pero también me llegaba a doler un poco, solo que no te lo decía por miedo a parecer tonta, recuerdo bien que me dijiste un día por llamada que no ibas a cambiar, que lo habías intentado pero no podías, que así eras tú, me dijiste que si quería seguir con lo nuestro estaba bien, y que si no también; me llené de inseguridades, lloré demasiado, no sabía que hacer, todo me daba vueltas y al final, decidí seguir contigo porque te amaba con todo mi corazón.
Después de eso, todo iba bien hasta que un día pasó algo que me pegó como un balde de agua fría, estábamos en tu salón bromeando con tus "amigos" y de la nada dijiste en voz alta enfrente de todos "Esa niña me dice amor", me enojé tanto que hasta subió mi temperatura, sentía la sangre hirviendo y no por la chica que te decía amor, sino por la gran falta de respeto hacía mí, te lo dije bastante enojada y te limitaste a decir "Pero yo no le sigo la corriente", estuve enojada contigo todo el día hasta que lo volvimos a hablar, me pediste perdón y prometiste hacer algo al respecto, me calmé un poco porque confiaba en ti.
Llegó diciembre y seguíamos sin formalizar, acabó el semestre, llegaron las vacaciones y nada, hasta que un 22 de diciembre salimos juntos, primero me regalaste dos lámparas muy bonita y de ahí fuimos a price shoes, teníamos un ahorro que iniciamos desde finales de septiembre, así que decidimos ir a gastarlo juntos, pero no duramos ni 3 horas allá porque te desesperaste, pero eso sí, te llevaste tu perfume y una sudadera para tu hermano mientras que yo apenas pude ver un suéter de peluche para mí, salí bien enojada porque no pudimos ver nada bien, pero aun así estaba feliz de estar contigo, pasamos a comer y después a mi casa, estuvimos en las escaleras un rato, te dije indirectamente si se te había olvidado algo, no entendiste al principio hasta que la captaste, y solo así, me pediste regresar.
Estaba muy feliz por volver otra vez contigo, pero nadie nos tenía preparado lo que venía en el 2024.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Capítulo 1 - ¿Otro amor? Téllez Rosales Clara Liliana, M404

Capítulo 3 - ¿Otra vida?